El País

Piden indagar a Firmenich y otros jefes montoneros por el crimen de Rucci

Claudia Rucci pidió a la justicia que cuatro ex integrantes de la organización guerrillera sean citados a declaración indagatoria, por el crimen de su padre.

BUENOS AIRES- La hija del sindicalista peronista José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT asesinado a balazos en 1973, pidió hoy a la justicia que cuatro ex jerarcas de la disuelta organización guerrillera peronista Montoneros, sean citados a declaración indagatoria por aquel crimen.

La solicitud de Claudia Rucci involucra a los ex montoneros Mario Eduardo Firmenich, que vive en Vilanova I Geltru, en Catalunya, España; Fernando Vaca Narvaja, residente en la ciudad rionegrina de Bariloche; Roberto Cirilo Perdía y Ernesto Luis Jauretche, sobrino del escritor Arturo Jauretche.

“Resulta indispensable indagar a quienes producto de numerosos testimonios podrían resultar presuntos autores intelectuales y/o materiales del asesinato de Rucci”, indicó el escrito de la hija del gremialista, asistida por el abogado Miguel Angel Plo.

El juez Ariel Lijo había archivado esta causa en agosto de 2012 admitiendo que el crimen fue perpetrado por Montoneros, aunque lo declaró prescripto por el paso del tiempo y argumentó que no podía ser “delito de lesa humanidad” ya que no concurrían suficientes requisitos para esa tipificación.

Pero los hijos de Rucci recurrieron con el argumento de que sería un crimen de lesa humanidad, o sea que no prescribe, porque según ellos, hubo participación del Estado, ya que el grupo comando y las armas se habrían transportado en coches oficiales de la gobernación bonaerense.

La Cámara Federal revocó el archivo por “prematuro” y advirtió a Lijo que “deviene imprescindible la profundización de la pesquisa”, para saber si la emboscada pudo haber sido financiada o apoyada desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires, entonces a cargo de Oscar Bidegain.

A Rucci, enrolado en el ala ortodoxa del peronismo de los años ’70, el 25 de septiembre de 1973, dos días después de las elecciones generales en que Juan Perón resultó electo presidente por tercera vez, lo acribillaron varios francotiradores cuando salía de su casa de Avellaneda 2935, del barrio Flores.

Al día siguiente el líder justicialista concurrió al velatorio del jefe de la CGT y confió a la viuda: “Me mataron a un hijo”. Y al irse dijo a la prensa que “estos balazos fueron para mí; me cortaron las patas”.

Nunca nadie se atribuyó aquel crimen político, pero siempre se sospechó de Montoneros, que por entonces pretendía disputar la conducción del movimiento justicialista a su líder.

El libro “Operación Traviata” -así se bautizó el ataque-, de Ceferino Reato, identifica al jefe del comando y francotirador principal como Juan Julio Roqué (muerto en 1976 en combate con marinos de la ESMA) y a otros dos montoneros, los fallecidos Marcelo Kurlat y Héctor Arrue.

En una entrevista con el historiador Felipe Pigna, Firmenich rehusó adjudicarse el crimen: “Me voy a guardar de dar la opinión porque es más complicada la muerte de Rucci y tengo mis dudas sobre algunos implicados, algunos partícipes, como no tengo certezas tampoco, no he de dar opiniones gratuitas, de modo que sobre esto no puedo decir”.

Sin embargo, el ex director de la revista Descamisados, Ricardo Grassi, aseguró en una nota escrita en el diario Clarín que la noche del 25 de septiembre de 1973 Firmenich se presentó en la redacción y confesó: “Fuimos nosotros”.

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